domingo, 8 de septiembre de 2013

La nueva publicidad.

Para todos aquellos a los que les guste la publicidad (que creo que no son muchos), quizás os interese esa entrada. Es una reflexión hecha por mí tras leerme "El libro de Bob", el cual recomiendo porque te hace pensar y no se hace pesado; incluso no descarto volver a leérmelo este verano.
Espero que os guste.

Como cualquier actividad económica, la publicidad ha ido evolucionando desde sus inicios hasta nuestros días.
Esto es algo positivo, ya que cada vez se le presta más atención al consumidor, que al fin y al cabo es quien nos aporta la mayoría de los beneficios. Ahora el consumidor se encuentra en constante contacto con la marca a través de una relación de igual a igual, pero en el mundo globalizado en el que vivimos, encontramos cada vez más competencia.
A mi parecer, esto es una de las mejores cosas que le podría haber pasado al mundo de la publicidad. No existe mejor forma de motivación que la competencia. Ya no solo debemos superarnos a nosotros mismos, sino que debemos superar a millones de marcas más y esto sólo lo podemos conseguir reinventando la publicidad, creando una nueva forma de mostrar la marca a los consumidores.
Pero el “problema” (o beneficio, como ya dije antes) no se queda aquí. Ahora también tenemos que competir contra cualquier tipo de ocio al que pueda acceder nuestro público objetivo, ya que siempre será mejor que tragarse un bloque de anuncios de diez minutos o incluso más.
A mí esto me parece genial. Ya no nos basta con crear el anuncio más original, emocional o lo que sea. Tenemos que dar un paso más y ser la mejor opción de entretenimiento, lo cual supone un gran avance en el mundo de la publicidad.
Es un cambio radical en la forma de comunicación porque ya no es la marca quien va al consumidor; sino que es el consumidor el que busca a la marca. Es él quien manda y decide lo que quiere ver y lo que no. La publicidad invasiva es historia y nosotros debemos mirar hacia delante, hacia la Nueva Publicidad.
La involucración del consumidor es la base sobre la que se construyen los nuevos modelos de publicidad. Es decir, que debemos olvidar el rol de consumidor pasivo y hacer que se sientan parte del proyecto. Tienen que vivir experiencias positivas y debe ser la marca quien se las proporcione. Esta es la mejor forma de crear vínculos emocionales con los consumidores y, como todos sabemos, los vínculos emocionales se suelen conservar a largo plazo.
Pero no solo ha cambiado la publicidad; también ha cambiado el proceso de crearla. Antes se creaba una idea que llevara la marca hasta el consumidor. Ahora la idea debe conseguir que el consumidor llegue hasta la marca y eso es lo realmente importante.
No importan las otras marcas, ni los medios en los que se desarrolle la campaña. Solo importa que la idea sea lo suficientemente buena como para que el consumidor decida invertir parte de su tiempo en ella. Y si para eso es necesario crear nuevos medios, se crean. Es la magia de la publicidad. No tiene límites; no existen fronteras. Lo que existe en la imaginación puede existir en la realidad porque el poderoso patrimonio de la mayoría de las marcas puede permitírselo.
Incluso podemos hacer una gran campaña con el medio más barato que se nos ocurra: No podemos olvidar que una buena idea vende, pero también llama la atención de numerosas personas y, por consiguiente, se convierte en noticia. Noticia que todos los medios de comunicación estarán dispuestos a recoger, disparando así la eficacia en términos de cobertura y rentabilidad.
Como ya dije antes, hay que conseguir que el consumidor viva una experiencia que solo nosotros podamos ofrecerle, tiene que vivir la marca en lugar de limitarse a verla.
Todo esto es difícil de imaginar a corto plazo porque los medios, sobre todo la televisión, no muestran intención alguna de cambio; pero tarde o temprano tendrán que aceptarlo porque si a los consumidores no les interesan los anuncios televisivos, las marcas dejarán de invertir en ellos y la televisión perderá gran parte de sus ingresos. Este medio necesita la publicidad para sobrevivir y deberá adaptarse a lo que la publicidad le ofrezca.
Siguiendo con la relación entre la marca y el anunciante, creo que es importante hacer ver a ambas partes que la nueva publicidad no consiste en un monólogo en el que uno hable y otro escucha. Ahora las dos partes hablan y las dos partes escuchan; y son las dos partes las que reciben algo a cambio de su interacción en el proceso comunicativo. La colaboración es la base de la nueva relación.
En definitiva, podríamos decir que la publicidad está volviendo a nacer, se está reinventando y es un cambio a mejor. La nueva publicidad va a revolucionar el mundo del consumo y del entretenimiento, creando una relación de igual a igual entre el consumidor y la marca.

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